**La Gaviota II**

La Gaviota sumergida en ese pantano,

un pantano lleno de desilusiones,

con malas hierbas de desesperanza,

sus alas ya no existen, están cubiertas

de espinas del desamor.

Ya no tiene esperanza, y sigue ahí 

mirando ese horizonte de donde vino,

suspirando, -con el poco aire que le llega-

recordando sus días mágicos, esos días

que fue tratada como una Reina,

una lágrima sale lentamente de esos ojos

que ya no se ven, recordando como fue 

echada como una mendiga, convirtiéndose

en una pobre pordiosera, piensa que hasta 

un buitre seria más hermoso que ella.

Ya no siente esperanza, ya no cree en la ilusión, ya no cree en el amor, porque el amor la llevó a donde se encuentra, el amor la llevó en busca de una felicidad,

Que al final descubrió que era

una gran mentira, porque piensa que no puede algo terminar de la noche a la mañana, cuando los besos aun ardían y las caricias aun quemaban.

La Gaviota solo vive reflexionando, 

y piensa que nadie cambia de la noche a la mañana,

cree que si se puede demostrar de la noche a la mañana ese ser escondido bajo un traje de amor, donde todo era alegría pero que luego demostró, que bajo su traje se escondía la piel de una hiena, que

mostraba sus dientes en vez de una hermosa sonrisa.

¿Cuánto tiempo ha pasado? -se pregunta-

meses, años, no lo sabe, el tiempo se hace eterno, el tiempo se hace inclemente, el tiempo ya no es  tiempo porque se detiene cuando ya no sientes deseos de luchar, cuando las fuerzas se han ido, cuando todo se ha convertido en podredumbre.

Pero un día sintió unos pasos, que se acercaban a ella, ya estaba agonizando, ya casi no tenia vida, ya no veía, solo podía escuchar y sentir que alguien 

estaba ahí, mirándola, sintió tristeza, dolor, lastima, sintió una ternura que invadió su cuerpo maltrecho, y sintió -sin poder creerlo esperanza…

Fue levantada La Gaviota, entre unos brazos fuertes, pero con una ternura que le

recordó tiempos pasados,

una lágrima salió de aquellos ojos que fueron hermosos, ya sus lágrimas eran sangre, y sintió unos suaves dedos que limpiaban esa lágrima.

De pronto sintió una alegría, pensando que era él, que regresaba después de tanto tiempo de haberla tirado, de haberla abandonado, que venia a buscarla, porque

se había dado cuenta de que seguía amándola…

Pero no, La Gaviota supo inmediatamente que no era él, su corazón, que ya casi no latía, se encogió, porque supo que no era el olor de su piel, que no eran sus manos 

ásperas, que no eran sus ojos abiertos siempre mirando con sorpresa,

No, no podía ver, solo sentir, y sintió como se la llevaban lejos de ese lugar, lejos de ese pantano de tristezas, no sabía a donde, no sabía con quien,

pero sintió renacer una lucecita tan pequeña de esperanza, sintió el renacer de una pequeña ilusión, 

sintió como su corazón volvía a latir pausadamente.

La Gaviota se sintió segura, después de mucho tiempo, y pensó ¿Todavía existen personas humanas? personas que no te conocen de nada, y te dan la mano, te levanta, te apoyan, secan tus lágrimas, te dan su calor, te dan su vida, para volverte a la vida.

Quizás La Gaviota con sus alas rotas,

pueda nuevamente renacer, pueda nuevamente volar, pueda nuevamente ver, sentir… y quizás el tiempo le enseñe que la vida siempre da una oportunidad a un alma buena y pura…

Con el tiempo, quizás, La Gaviota pueda comprender que el amor jamás muere, porque el amor esta en su alma, y su alma jamás podrá ser tirada, ni abandonada por nadie, porque su alma solo le pertenece a ella; y ella es la única dueña que puede hacer que su alma vuelva a renacer, para comprender que su corazón puede llegar a sentir nuevamente el amor…

Seguiré tu destino, mi Gaviota,

quiero ver tu renacer como el ave fénix,

quiero ver como renaces de las cenizas,

quiero ver como vuelves a volar,

quiero ver como vuelves a amar…

Carlyn