necesitaba sentir su luz,
sentir ese calor, que escuchara
a este corazón que se agita…
La he llamado o mejor dicho
mi alma le ha llamado,
pero no he notado su presencia, a veces
las amigas están ocupadas…
las amigas están ocupadas…
Hoy quiero hablarle de mi tristeza
preguntarle porque la tristeza
se arraiga en el alma tan fuerte
como si fueran raíces recorriendo tu alma.
Ya sé que no vendrás amiga Soledad,
así que te dejo esto en forma de carta:
Hoy quiero decirte que a veces siento
la tristeza igual que la melancolía,
llevandome a un estado donde mi cuerpo
no responde a nada, solo esta ahí quieta,
pausado, con pensamientos volando…
por la melancolía, que lentamente todo
dentro de mí se convierte en una masa de hielo,
que quema, todo va muriendo bajo ese frío intenso.
¿Y sabes amiga Soledad?
lo más triste de esta melancólica tristeza
es reconocer que, que pensar, desear y
anhelar algo que no se debe, hace que la
vida muera a cuenta gotas, lentamente.
Sé que si estuvieras aquí,
me preguntarías ¿te duele el amor?
yo te diría que el amor no duele,
el amor jamás puede doler,
porque el amor es lo más bello del mundo.
Yo te diría que duele vivir de esperanza,
que duele vivir de las desilusiones de la vida,
que duele sentirte engañada, traicionada,
que duele que no te digan la verdad…
Eso es lo que duele,
el amor esta ahí, se siente, y sientes como
sigues amando, aun bajo ese intenso dolor
que quema por dentro, que abrasa, que
te quita la vida, el amor se siente como una caricia.
Y, Soledad, te juro por lo más sagrado
que esto que siento, este pesar, esta pena,
este dolor, esta melancolía, esta tristeza,
no deseo que la sienta.
Solo deseo que él pueda despertar cada mañana y tener unos ojos en quien mirarse,
un cuerpo en quien abrazarse,
una sonrisa que ilumine su vida,
y un amor que llene su corazón.
Porque desearle a alguien este sentimiento, es como desearle la muerte,
Solo quiero que todos sean felices, sé que todo pasa, pero solo el tiempo, aun cuando sea inexorable, será el encargado de ponerle punto final a esta tristeza.
Pero te aseguro Soledad,
que yo mientras tanto, vivo, respiro,
y sonrío bajo esta tristeza que me embarga,
y aun cuando en mis ojos se refleje la melancolía, cada día despierto con una sonrisa y con las ganas de abrazar el mundo con optimismo….
Luego, sé que, sin querer
una lagrima recorrerá mi rostro,
cuando en un momento sienta
Esta Carta te la dejo Soledad,
sé que la leerás,
y sé que estás muy ocupada,
pero siento tu halo de luz, de tu presencia
aquí a mi lado…
Hasta Luego, Soledad…
Carlyn
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